viernes, 23 de marzo de 2018

domingo 25 de marzo del 2018 recorrido por MUSEO NACIONAL DE ANTROPOLOGIA EXPO TEMPORAL LA FLOR DE LA CULTURA MEXICANA Y CONCIERTO 1 30 E EL ALCAZAR CON LA ORQUESTA TIPICA DELA CD DE MEXICO



domingo 25 de marzo del 2018
recorrido por MUSEO NACIONAL DE ANTROPOLOGIA 
EXPO TEMPORAL LA FLOR DE LA CULTURA MEXICANA

Y CONCIERTO 1 30 E EL ALCAZAR CON LA ORQUESTA TIPICA DELA CD DE MEXICO

CONCIERTO DE PIRMAVERA

CITA 10 30 AM ENTRADA DEL MUSEO DE ANTROPOLOGIA 
PASEO DE LA REFORMA Y GANDHI

COOPERACION POR VISITA GUIADA 100 PESOS
CONFIRMA ASISTENCIA
0445514517627









El ser humano está ligado a las flores desde tiempos ancestrales. Conceptos como vida y muerte tienen su más inmediata metáfora en un tallo que emerge o un pétalo que cae marchito. Así, las sociedades de todos los tiempos han sentido la necesidad de comprender y representar este elemento natural, otorgándole diversos significados y formas en el imaginario, motivo central de la exposición temporal La flor en la cultura mexicana.

Organizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la muestra inédita  retoma a la flor, “un elemento efímero pero vuelto eterno a través del arte”, para reflexionar acerca de temas fundamentales para todos los pueblos




El primer tema, La flor: metáfora de lo precioso, abre con la pieza denominada Jaguar Florido, parte del acervo del propio Palacio Cantón, fechada hacia el periodo Clásico Terminal maya (800 - 950 d.C.). El módulo hace un recorrido por las representaciones de este elemento creadas en el México prehispánico, que formaron parte de ritos y ceremonias, en una época donde la flor era considerada uno de los tres elementos sinónimo de lo “precioso”, junto con la pluma de quetzal y la cuenta de jade.

Se exhiben relieves en piedra, pinturas murales, grandes esculturas y pequeñas figurillas, objetos cerámicos y códices en los que se observa la importancia que tenían las flores en Mesoamérica y las deidades asociadas a éstas.



El segundo módulo, La flor: descripción de lo desconocido, aborda el interés botánico que la Nueva España suscitó una vez que los primeros conquistadores y exploradores llevaron a Europa especies mexicanas, como la dalia y el cempasúchil. El primero de ellos fue Francisco Hernández, quien de 1571 a 1576, fue comisionado por el rey Felipe II para describir y registrar la flora de su colonia en ultramar.

En este espacio se presentan también litografías realizadas por Rafael Montes de Oca y José María Velasco en el siglo XIX, mismas que se complementan con 15 ejemplares de flores mexicanas, pertenecientes al Herbario Nacional del Instituto de Biología de la UNAM.

Obra pictórica y escultura guían el tercer módulo, La flor: alegoría de lo divino, donde los visitantes pueden apreciar óleos como el de la Virgen de Izamal, pintado en el siglo XVIII y de gran devoción en el estado de Yucatán, además de obras de José de Ibarra, Antonio de Torres y Miguel Cabrera, entre otros connotados artistas novohispanos.

En este punto, de acuerdo con la curadora, se presentan dos piezas únicas en diálogo directo: el altorrelieve en piedra de un cautivo o “danzante”, del Museo de Sitio de Monte Albán, y una talla en madera de san Sebastián Mártir, acervo del Museo Regional de Querétaro. En ambas obras, en lenguaje iconográfico, la flor alude al martirio con derramamiento de sangre, así como el concepto de fecundidad por medio de la sangre de sacrificio que alimenta la tierra.

El cuarto núcleo, La flor: símbolo de lo bello, analiza la influencia que tuvieron movimientos como el Romanticismo y el Modernismo para consagrar la asociación de dicho elemento con la figura femenina, el ritual y el erotismo. El cuadro de Olga Costa, Flores de mi jardín, es la pieza destacada junto con diversas obras elaboradas entre los siglos XIX y XX.

El último módulo, La flor: síntesis de lo diverso, está dedicado al arte popular contemporáneo, así como a la impronta que tienen las flores en tradiciones como el Día de Muertos, o en los códigos de vestimenta que numerosas comunidades siguen dentro de sus fiestas principales y rituales de pedimento. Se incluye un “árbol de la vida”, modelado en cerámica policromada, un traje de parachico de Chiapa de Corzo, Chiapas, e indumentaria típica de los huicholes, por mencionar algunas piezas.

Cabe destacar que el recorrido incorpora recursos multimedia, como cuatro videos elaborados ex profeso para esta muestra, denominados: XochipilliLa flor en los códices mexicanosLa flor en la pintura mural teotihuacana y virreinal y El lenguaje de las flores en el retrato femenino; así como un espacio lúdico como cierre de la muestra





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