lunes, 1 de octubre de 2012

el coliseo de mexico

El Coliseo de México


En tiempos de la Nueva España, el teatro ya gozaba de gran aceptación, existían dos “casas de comedias” y tres compañías de teatro que se presentaban en corrales o teatros públicos con un repertorio de dramaturgia española, sainetes, entremeses, tonadillas y zarzuelas.
En 1673 se inauguró el Coliseo de México, considerado formalmente como el primer recinto teatral de la Nueva España, administrado por los frailes de San Hipólito; se trataba de un corral rectangular construido en madera y techado con dos pisos de palcos llamados en aquel entonces “aposentos” o “cuartos”, según lo documenta la historiadora Maya Ramos, los palcos tenían celosías a la usanza española para que los espectadores ricos e importantes pudieran ver sin ser vistos. Había diferentes vías de acceso para que las distintas clases sociales no se mezclaran.

El Coliseo de México era un corral de teatro parecido a los que había en España en el siglo XVII. DIBUJO ANÓNIMO DEL CORRAL DEL PRÍNCIPE EN MADRID.
Los espectáculos presentados en el Coliseo de México, además de entretener, apoyaban en la difusión de los valores que interesaban a los virreinales, las ganancias eran usadas a beneficio del hospital Real de Naturales en cuyo claustro estaba ubicado.
Una madrugada del año 1722  el Coliseo de México sufrió un incendio, en macabra coincidencia después de representarse Ruina e incendio en Jerusalem y en vísperas del estreno de Aquí fue Troya.  Fue reconstruido y estrenado en la misma ubicación aunque no tardó mucho en ser una molestia latente para los religiosos y enfermos del hospital.  Se construyó otro Coliseo en las actuales calles de Bolívar y 16 de septiembre, los virreyes llegaban al recinto procedentes del palacio virreinal a bordo de una lujosa canoa que los conducía por la acequia.

Litografía del Coliseo Nuevo en el libro de Luis González Obregón México viejo: noticias históricas, tradiciones, leyendas y costumbres, editado en 1900 por la Librería de la Viuda de C. Bouret.
Además de teatro y maromas (que incluían volatineros, bailarines, equilibristas y mimos) también llegaron a celebrare algunos espectáculos atípicos como corridas de toros, persecuciones de liebres por galgos y tapadas de gallos que de inmediato fueron prohibidas por el virrey Bucareli ya que no se apegan a los estrictos reglamentos del Coliseo en donde el decoro y la “corrección de vicios” eran lo más importante.
La vida de los comediantes de la época era difícil. Además de los malos pagos, dependían directamente del virrey que tenía toda clase de derechos sobre ellos, su vida privada era severamente vigilada y por parte de la iglesia tenían asegurada la condena eterna, se les negaban los sacramentos y el derecho de ser enterrados.  Eusebio Vela, dramaturgo de la escuela de Calderón de la Barca distinguido hombre de teatro y asentista (empresario) del Coliseo fue despreciado por su profesión y en 1727 se abrió en su contra un  juicio  al ser denunciado por hacerse llamar  Señor Don Eusebio Vela, tratamientos que en su calidad de cómico no podía ostentar.
En 1753 fue inaugurado el Coliseo Nuevo, que estrenaba nueva ubicación con la comedia Mejor está que estaba y la presencia del virrey y de la corte, en el siglo XIX fue llamado Teatro Principal, nombre con el que funcionó hasta 1931.

En el siglo XIX el Coliseo Nuevo fue rebautizado como Teatro Principal. POSTAL HISTÓRICA, CA. 1900.

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