viernes, 4 de noviembre de 2016

SABADO 5 DE NOVIEMBRE DEL 2016 RECORRIDO POR EL MUSEO NACIONAL DE SAN CARLOS EXPO LUCAS CRANACH Y OFRENDA EN EL CLAUSTRO DE SOR JUANA



SABADO 5 DE NOVIEMBRE DEL 2016 

RECORRIDO POR EL MUSEO NACIONAL DE SAN CARLOS 
EXPO LUCAS CRANACH

Y OFRENDA EN EL CLAUSTRO DE SOR JUANA 

NOS REUNIREMOS EN LA ESQUINA DE REGINA Y BOLIVAR 
METRO ISABEL LA CATOLICA 
PARA VISITAR LA OFRENDA DEL CLAUSTRO DE SOR JUANA Y LA EXPOSICION 
DE OFRENDAS TEJIDAS 

DESPUES NOS DESPALAZAREMOS AL MUSEO NACIONALD E SAN CARLOS PARA RECORRER LA NUEVO EXPOSICION SOBRE LUCAS CRANACH

PUNTO DE ENCUENTRO
REGINA Y BOLIVAR FRENTE A LA PUERTA DEL TEMPLO DE REGINA COELLI
10 15 AM 
COOPERACION POR VISITA GUIADA 100 PESOS 
CONFIRMA ASISTENCIA 
0445514 517627
GUILLERMO CAMPOS 


El Museo Nacional de San Carlos (MNSC) exhibe por primera vez la obra de pintor Lucas Cranach (1472-1553), considerado uno de los pintores más relevantes del Renacimiento alemán y reconocido por crear obras que conjugan elementos sagrados y profanos. Bajo el título “Lucas Cranach, Sagrada emoción”, la exposición que abre mañana al público, presenta un total de 25 piezas, de la autoría del alemán, así como de sus contemporáneos Alberto Durero, Bartolomeo Bruin y Lucas Cranach “El Joven”.

 En rueda de prensa, Carmen Gaitán, directora del museo, se refirió al artista teutón como un pintor que rompió con la iglesia católica, lo que derivó en la creación de diversos arquetipos, en su mayoría de la mujer, con los cuales creó una escuela y un estilo que permea su obra. Recordó que fue el equipo de investigación del MNSC, quien se interesó en traer la obra del artista alemán a México. “No saben la cantidad de cartas que escribimos a Europa, estuvimos en contacto con varios países europeos, incluso con Estados Unidos, muchos celebraron la idea, pero se dolían de prestar la obra porque son tablas y las tablas tiene muchas veces dentro de ellos, una especie de rasgos y quiebres.

 “Y la idea, no era que el museo no pudiera recibir las obras por no tener las características internacionales en materia de conservación, sino porque traerlas desde Europa, les da un poco de precaución; así que no terminamos con el Museo Nacional de Cuba quien nos prestó un tríptico para la exhibición”, dijo Gaitán. Agregó que las obras de la muestra provienen de museo como el de Arte de Filadelfia, Franz Mayer, Soumaya, San Carlos y colecciones Pérez Simón e Hilario Galguera. Se trata, destacó la promotora cultural, de una exposición pequeña e íntima, “pero creo que las obras que se presentan son de una riqueza y potencia excepcional”. Curada por Ana Carpizo, la exhibición se presenta en una línea del tiempo, donde sitúa al visitante, en el momento en el que Cranach está actuando.

 “Verán piezas que se sitúan en el siglo XV y principios del XVI en la coyuntura y el sisma religioso que causó Martín Lutero. Cranach, trabaja tres temas: el retrato, la alegoría y religioso, que están comunicados por los elementos iconográficos específicos de la dinastía pictórica del propio Cranach. “Serán testigo de un fenotipo particular, de una mujer del norte de Europa de tono rosado, con ojos ligeramente rasgados, la cual se repite en Lucrecia, Eva y otros alegorías como la caridad”, indicó la curadora, quien agregó que la muestra presenta además una serie de grabados del Museo Franz Mayer, donde se desarrolla el diálogo que sostiene Cranach con figuras de su época como Durero.


 De la colección de Galguera se presenta un cristo muerto, que es de un seguidor de Cranach, “pero es una pieza famosa en un museo en Veimar y la presentamos por primera vez, es una obra de finales del siglo XV de Europa. Recordó al artista alemán como un personaje que tuvo un hijo y un taller desde donde dispersó por el mundo, a través de su obra, “las ideas de Lucas Cranach”.



CLAUSTRO DE SAN JERONIMO CONVENTO DE SANTA PAULA

exconv2La Universidad del Claustro de Sor Juana está ubicada en lo que fuera el Convento de San Jerónimo, cuya construcción se inició en 1585, el 29 de septiembre, día de San Miguel Arcángel y víspera de San Jerónimo. Fue uno de los más amplios de su época.
El convento ocupó inicialmente las fincas donadas y adaptadas por Doña Isabel de Barrios, quien patrocinó el establecimiento del primer monasterio y se reservó el derecho de ingresar al monasterio en el momento en que lo necesitara. Para ampliar el pequeño convento doméstico, posteriormente se compró la casa contigua.
Sólo las españolas y las criollas eran admitidas para ingresar al Convento de San Jerónimo, y debían contar con el dinero suficiente para cubrir la dote que se exigía. Las necesidades del convento permitieron el ingreso de huérfanas respaldadas por las obras pías impuestas a favor de San Jerónimo, otras eran aceptadas por sus habilidades musicales, artísticas o manuales.
El número de monjas se mantuvo casi constante durante la segunda mitad del siglo XVII y todo el XVIII, se ha estimado en alrededor de 80 monjas. Ocupaban celdas aisladas que llegaban a ser casitas independientes en las cuales cada monja tenía su recámara, su cuarto de criadas y hasta su cocina.
La labor educativa de las monjas fue de gran importancia. Anexo a San Jerónimo existió un colegio de niñas donde se enseñaba desde ciencias humanas y religiosas hasta música, baile y teatro.
El plano arquitectónico de San Jerónimo se compuso de cuatro grandes claustros – uno más grande que los otros tres – y la iglesia. Desde el principio, el monasterio sufrió muchas modificaciones, entre ellas, la construcción en patios y corredores de habitaciones para las religiosas.
Las grandes inundaciones que padeció la Ciudad de México y la calidad fangosa del subsuelo provocaron su hundimiento y deterioro, por lo que a lo largo del siglo XVIII se hicieron constantes reparaciones y ampliaciones, construyéndose parte del templo sobre las ruinas del monasterio original.
A mediados del siglo XIX se inició la construcción del Gran Claustro, mismo que sufrió, como muchos otros edificios de la época, las consecuencias de los sismos de abril de 1845, después de los cuales fue reparado y terminada su construcción.
Entre 1861 y 1867, a consecuencia de las Leyes de Reforma, se dispuso que todas las monjas tenían que exclaustrarse por lo cual el Convento de San Jerónimo fue abandonado; este fue el origen del deterioro que sufrió en las décadas siguientes.
En 1863, la mitad oriental fue fraccionada y vendida a particulares. La otra mitad se utilizó como cuartel y hospital militar. A principios del siglo XX ésta parte también fue fraccionada y vendida a particulares.
A lo largo de la primera mitad del siglo XX el deterioro de lo que quedaba del ex Convento se aceleró: en sus recintos interiores y sus patios se instalaron talleres, bodegas, estacionamientos, viviendas e incluso un centro de vicio. La degradación material y arquitectónica del inmueble amenazaba resolverse con su demolición.
Los esfuerzos para rescatar el ex Convento de San Jerónimo de la ruina empezaron en 1963, cuando el historiador Francisco de la Maza logró que el gobierno detuviera el saqueo del que era objeto.
En 1971, a instancias de Margarita López-Portillo, se emitió el decreto presidencial que ordenó el rescate de los que aún quedaba del inmueble del ex Convento de San Jerónimo, en 1975 se logró la expropiación del terreno y ruinas de toda el área, y en 1976 se iniciaron las labores de reconstrucción.exconv1
En los trabajos encaminados a reintegrar al edificio buena parte de la apariencia que tuvo en el siglo XVIII participaron arquitectos, restauradores, arqueólogos y antropólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Desde 1982 la Universidad del Claustro de Sor Juana se hace cargo de la restauración y mantenimiento del ex Convento de San Jerónimo, que es un inmueble propiedad de la Nación y es el único caso en México de un rescate conventual para ser convertido en Universidad.

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