jueves, 24 de noviembre de 2016

VIERNES 25 DE NOVIEMBRE MUSEO NACIONAL DE ARTE JOSE MARIA VELASCO PINTOR DE SU TIEMPO EL MEXICO DEL SIGLO XIX



VIERNES 25 DE NOVIEMBRE 

MUSEO NACIONAL DE ARTE 

JOSE MARIA VELASCO PINTOR DE SU TIEMPO

EL MEXICO DEL SIGLO XIX 


NOS REUNIREMOS EN LA ENTRADA DEL MUSEO NACIONAL DE ARTE 
CALLE DE TACUBA FRENTE AL CABALLITO
10 30 AM 
METRO ALLENDE 

ENTRADA AL MUNAL LIBRE CON CREDENCIALES ACOSTUMBRADAS 

COOPERACION POR VISITA GUIADA 100 PESOS 
CONFIRMA ASISTENCIA
0445514517627

GUILLERMO CAMPOS 

JOSE MARIA VELASCO 



José María Velasco es reconocido por sus innumerables paisajes que algunos contactamos por primera vez en los libros de primaria; pero existe un Velasco que además de artista fue hombre de ciencia.

Hijo de una familia comerciante de posición acomodada, nació en San Miguel Temascalcingo, Estado de México, en 1840. Desde niño hubo un familiar que lo marcó: su abuelo Ramón, el médico del pueblo y juez. Cuando murió, los padres del futuro paisajista vendieron todos sus negocios y se fueron a la ciudad de México, donde terminó la primaria.
En 1855 -a los quince años-, Velasco entró a la Antigua Academia de San Carlos donde estudió dibujo, pintura, grabado, perspectiva y anatomía; y se convirtió en uno de los mejores alumnos del pintor italiano Eugenio Landesio en la cátedra “Perspectiva, paisaje y ornato”. No obstante, al poco tiempo comprendió que era necesario ir más allá de lo que pintaba e ingresó a la Academia de Medicina donde cursó botánica, física y zoología.


Colaboró en La flora del Valle de México, en donde se encargó de entregar dieciocho litografías en acuarela para ilustrar los fascículos. Describió la morfología de las plantas -algunas diseccionadas para presentar las partes internas de ésta-. Sin embargo, la publicación tronó por falta de suscriptores. Este trabajo le valió el respeto a Velasco y, poco tiempo después, fue nombrado miembro de la Sociedad Mexicana de Historia Natural. El propósito: darle la importancia necesaria a las ciencias naturales que, para ese entonces, eran subestimadas y poco analizadas. Algunos de los integrantes de esta Sociedad fueron los intelectuales Manuel Río de la Loza, Faustino Miranda, Ignacio Manuel Altamirano y Guillermo Prieto.


Una de las investigaciones más importantes realizadas por Velasco fue Descripción, metamorfosis y costumbres de una especie nueva del género Siredon, que le valió el premio otorgado por la Sociedad en febrero de 1879. En este trabajo expuso la vida del ajolote, animal típicamente mexicano.


El naturalista no dejó su labor de pintor y siempre que pudo recorrió el país para retratar la vida de la gente; los volcanes, minerales; el cielo y el mar; ejes temáticos recurrentes de su obra: Ahuehuete de la noche triste (Popotla) (1885), Catedral de Oaxaca (1887), Vista de la ciudad y Valle Grande de Oaxaca (1887) fueron algunas de las piezas montadas en la Exposición Internacional de París, en 1889.

Ya en lo último de su carrera, en 1906, cuando Porfirio Díaz inauguró el Instituto Geológico de México, representó la fauna y flora de las eras geológicas: Paleozoica, Mesozoica y Cenozoica en diez lienzos. Esta labor fue la cumbre pictórica del paisajista mexicano y pionero de la ciencia moderna.


RECORREREMOS ADEMAS LA NUEVA EXPO TEMPORAL DE MUNAL 

OTTO DIX 




Otto Dix es uno de los artistas alemanes más significativos del siglo XX. Con esta exposición el Año Dual Alemania-México celebra su primera gran exposición individual en México.
Como probablemente ningún otro pintor, Otto Dix encarna en su biografía y en su arte el siglo de los extremos en Europa, el cual dejó una marca decisiva en Alemania con dos guerras mundiales la cultura de la República de Weimar y la división política después de 1945. Siendo tanto un afectado como un observador, el grandioso realista adoptó una postura crítica frente a su época y rindió testimonio en cuadros que sacuden al espectador. Hoy en día, es considerado uno de los pintores más trascendentes del siglo XX. Tal como su época, la obra de Dix también está marcada por violencia y pasión. Con más de 150 cuadros y trabajos sobre papel de la Primera Guerra Mundial, pasando por los trepidantes dorados años veinte, hasta llegar al neoexpresionismo después de 1945, una gran exhibición del pintor alemán en México ofrece una mirada amplia en la obra completa de este grandioso realista.



Expresionista, dadaísta o un maestro antiguo, pintor propagandista y ecléctico, fanático de las observaciones y visionario, moralista y cínico, Otto Dix fue esto y mucho más. Sin embargo, este artista excepcional alemán fue ante todo otra cosa: un realista, un contemporáneo y testigo de su época, un afectado y un observador. En su vida atravesó casi todas las estaciones del siglo de los extremos.
El joven pintor fue saludado en el escenario artístico alemán como un “evento artístico elemental” terminada la Primera Guerra Mundial. En el apogeo cultural de la República de Weimar, Dix avanzó hasta ser el representante más importante de un realismo crítico, con el que adoptó una postura crítica ante su época. Bajo la dictadura nacional socialista, sus cuadros fueron difamados como “arte degenerado”. Tras la Segunda Guerra Mundial, intervino a favor de la paz en la Europa dividida. Tal como su época, la obra de Dix también está marcada por violencia y pasión.

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